MARIA ANDREA HERNANDEZ

Porque para mi el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1:21   Te amamos todos

María Andrea Hernández, amada hija, hermana, esposa y amiga, falleció el 6 de febrero de 2024, en Dallas, TX. Nació el 30 de noviembre de 1953 en El Salvador. El viaje de María en este mundo estuvo lleno de amor, sabiduría y compasión que tocó las vidas de todos los que la conocieron.

María era una mujer de inmenso carácter y gracia. Poseía una capacidad única para escuchar de verdad a los demás y entablar conversaciones significativas que dejarían un impacto duradero. Su sabiduría iba más allá de su edad, y sus palabras tenían un profundo peso que resonaba en todos los que tuvieron el privilegio de cruzarse con ella.

Una de las cualidades más entrañables de María era su carácter juguetón y dulce. Su risa contagiosa alegraba incluso los días más aburridos y hacía sonreír a quienes la rodeaban. Tenía un alma bondadosa que irradiaba calidez y amabilidad allá donde iba. Ya fuera con un gesto amable o una palabra reconfortante, María tenía una manera extraordinaria de atender las necesidades de los demás.

El amor de María por Dios era inquebrantable y constituyó la base sobre la que construyó su vida. Uno de sus mayores logros fue establecer una relación profunda y significativa con Dios que guiaba todas sus acciones y decisiones. Su fe le proporcionaba consuelo en los momentos difíciles e infundía esperanza a quienes buscaban su consejo.

Familia era todo para María, que colmaba a sus seres queridos de amor y cuidados. Disfrutaba cocinando para su familia, sabiendo que cada comida los unía más. El aroma de sus platos llenaba sus corazones de consuelo cuando se reunían alrededor de la mesa para compartir historias, risas y momentos que se convertirían en preciados recuerdos.

Además de su dedicación a la familia, María encontraba consuelo en la iglesia, donde alimentaba su crecimiento espiritual junto a personas de ideas afines. Fue dentro de estos muros sagrados donde forjó amistades para toda la vida, encontró orientación y compartió su inquebrantable devoción a Dios.

El legado de María seguirá vivo, dejando una huella indeleble en los corazones y las mentes de todos los que tuvieron la suerte de conocerla. Su memoria quedará grabada para siempre en las vidas que tocó con su amor sin límites y su fe inquebrantable.

Se celebrará un servicio fúnebre el 10 de febrero de 2024 en el cementerio Oak Grove de Irving, Texas. El servicio comenzará a las 9:00 AM, permitiendo a la familia y amigos presentar sus respetos a esta extraordinaria mujer cuyo espíritu brillará por siempre.

Aunque lloramos la pérdida de María Andrea Hernández, recordémosla con alegría y gratitud por los bellos momentos compartidos en su presencia. Deja tras de sí un legado de amor y compasión que nos sirve de guía en nuestras vidas. Que su alma encuentre la paz eterna en el abrazo de los brazos amorosos de Dios.